De cómo sangra el lobo

Creo, certezas no tengo, quisiera creer, que dentro de un tiempo, cuando se estudie esta época de transiciones múltiples que vivimos en el que tantos futuros son posibles y no excluyentes, se prestará atención a las y los poetas que, muchas veces enterrados en el ruido ambiente del momento, trataron de apalabrar la incertidumbre como modo de vida, las tensiones íntimas y colectivas de un período que se considerará inicio de muchas cosas. Si eso llegara a suceder en alguno de esos futuros posibles, creo que una de las voces a considerar será la de Pedro del Pozo.

De cómo sangra el lobo es el tercer libro de Pedro del Pozo, y para mí vendría a ser, en lo que a su escritura se refiere, como el centro de una espiral que se inició en, cabría decir desde, Todas las puertas abiertas, que ha ido apuntado hacia adentro. Como una conversación en la que van desaparaciendo interlocutores porque les resulta molesto, tanto lo que el poeta dice como lo que sus silencios pudieran querer decir. Los poemas de Pedro han ido cogiendo filo, generando más preguntas que certidumbres, más duda que consuelo. Esto es poesía en el otro extremo de la autoayuda al uso que cada vez se encuentra más en los estantes que en las librerías decían dedicar a la poesía.

Esta poesía afilada cristaliza en poemas cortos y en cortos versos. Pareciera que Pedro del Pozo se negara a dejarse ir; cada palabra pesa, cada silencio cuenta. Brasa, dice Carmen Camacho en su estupendo prólogo, dentelladas, digo yo, de lobo que sangra, perdido como parte de una comunidad perdida de la que se sabe parte, y, por tanto, partícipe de su viaje a través de la incertidumbre, viviendo desde la interrogación y la sospecha esta especie de experimento social en que vivimos, como decía William Gibson, en un escenario en el que algún científico alocado mantuviera pulsado sin parar la tecla de avance rápido.

Y aquí un par de poemas, para que sepan de qué estamos hablando. De como sangra el lobo, Pedro del Pozo, editorial Maclein y Parker. No lo encontrará en los estantes del Galenas, ni en las mesas noveleras de El Corte Inglés. Vayan a una librería de verdad y busquen ( o encárguenlo a la editorial). Les va a merecer la pena.

LOS TRISTES GOBERNANTES

Aquella tarde los gobernantes
decidieron asomarse a la ciudad
y descubrieron
que la calle bullía.

Mientras perdíamos de vista el sol
ellos pensaron en soluciones de quietud.

Fue entonces cuando la calma
se desvaneció.

SIN FIRMES ESTRUCTURAS

la libertad se mezcla
sin crear estructuras firmes.

Busca círculos
y habita barullos

la libertad no erige
edificios decadentes
de tierra y agua.

Se nutre de claridad
y anhela silencio

la libertad no cesa
una vez ha llegado.

Reúne entrelaza salta
de árbol a hoguera
de hueco a cuerpo

la libertad no fabrica
glorias innecesarias.

Sin firmes estructuras
se mezcla y construye la libertad.

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